La raíz latina de la palabra “responsabilidad” desvela su significado: capacidad de responder, de reaccionar. Un guerrero responsable fue capaz de observar y de practicar. Fue, incluso, capaz de ser “irresponsable”: alguna vez se dejó llevar por los acontecimientos, sin reaccionar. Pero aprendió las lecciones. Adoptó una actitud, escuchó un consejo, tuvo la humildad de aceptar ayuda. Un guerrero responsable no es el que se pone sobre los hombros el peso del mundo; es aquel que consigue enfrentar los desafíos de cada día. Por supuesto, a veces le entra miedo cuando tiene que tomar una decisión importante. -Esto es demasiado grande para ti- dice un amigo. -Adelante, sé valiente – dice otro. Y sus dudas aumentan. Tras algunos días de angustia, él se recoge en un rincón de su tienda, donde suele sentarse para meditar y orar. Se ve a sí mismo en el futuro. Ve a las personas que saldrán beneficiadas o perjudicadas por su actitud. No quiere causar sufrimientos inútiles, pero tampoco q