¿Vamos a caminar? Fue la primera frase de un nuevo pretendiente, aun en mis 20 me sentía bien así tranquila; no tenía interés en iniciar un nuevo romance, aunque la verdad me veía muy bien, los galanes llegaban de todos los flancos, listos para conquistar – como todo caballero - a su reina. Mis intereses habían cambiado. Tenía en mente otras prioridades; no puedo negar que la galantería me gustaba. Recibir regalitos, día a día tenía que dar respuestas como no puedo, quizás mañana, tengo novio (aunque no había ninguno) Todo estaba bien así, solo quería trabajar, hacer deporte encontrar otras distracciones; en ese momento las fiestas, ir a la disco era lo que me liberaba. Ya en esos tiempos acostumbrada a irme sola, a cenar, cine, caminar por la playa. son privilegios que me gusta hasta ahora en mi soltería. ¿Y el, pero?, ya saben que es un pero, ir por el golpe, buscar problemas, estas cómodo, y buscar no estarlo. Así me paso nuevamente, hay un dicho, donde se come no se c